Ciudad de México, 18 de abril del 2024.- La variada intensidad de la sequía en México está generando preocupaciones acerca de la capacidad del país para cumplir con los compromisos establecidos en el Tratado de Aguas de 1944 con Estados Unidos. Según este acuerdo, México está obligado a entregar anualmente 432 millones de metros cúbicos de agua del Río Bravo mediante las presas La Amistad en Coahuila y Falcón en Tamaulipas. A cambio, Estados Unidos debe proporcionar a México mil 850 millones de metros cúbicos de agua anualmente del río Colorado, provenientes de la Presa Imperial en California.
Esta disposición revela un desequilibrio en la asignación de recursos hídricos entre ambos países, con México recibiendo una cantidad considerablemente mayor de agua de la que entrega. Por esta razón, el tratado fue concebido para regular el uso y la distribución equitativa de los recursos hídricos transfronterizos, estableciendo así un marco para el aprovechamiento de los ríos Colorado, Bravo y Tijuana.
El Tratado de 1944 tiene sus raíces en el Tratado de Guadalupe-Hidalgo, un acuerdo de paz firmado en 1848 que puso fin a la guerra entre México y los Estados Unidos, y que resultó en la cesión de territorio mexicano a los Estados Unidos, incluyendo California, Texas y partes de Arizona, Nuevo México, Colorado, Nevada y Utah.
Sin embargo, las condiciones climáticas extremas que persisten en varias regiones de México, según el Monitoreo de Sequía en México de la CONAGUA, muestran que hasta el 31 de marzo de 2024, el 57.50% del país está afectado por sequías que van desde moderadas hasta excepcionales (D1 a D4).
Especialmente en estados como Chihuahua, Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas, responsables de cumplir con las cuotas de agua establecidas en el Tratado, enfrentan condiciones particularmente difíciles, con niveles de sequía que alcanzan hasta el 26.03% del territorio nacional.
La capacidad de estos estados para cumplir con sus compromisos de entrega de agua a Estados Unidos se ve comprometida por la persistente sequía, lo que podría tener graves consecuencias en sectores clave como la agricultura, la industria y el suministro de agua potable a las comunidades locales.
De acuerdo con los datos del monitoreo realizado por el organismo encargado del Río Bravo, el 81% del área muestra impactos de sequía, variando desde condiciones anormalmente secas (D0) hasta sequías excepcionales (D4).
Por ejemplo, en Chihuahua, la totalidad de su territorio enfrenta sequía, con un 40.5% en sequía extrema y un 29.9% en sequía excepcional. En Coahuila, las afectaciones se mantienen en el 66.4% de su territorio; en Nuevo León, en el 50.3%; y en Tamaulipas, en el 80.8%.
Estos niveles de sequía no solo tienen un impacto en la disponibilidad de agua para uso humano y agrícola, sino que también generan serias repercusiones socioeconómicas y ambientales.
Ante esta problemática, es crucial continuar con el monitoreo constante del estado de llenado de las presas del Río Bravo, ya que constituyen un indicador clave de la situación hídrica en la región.
Según los datos proporcionados por la Comisión Internacional de Límites de Aguas (CILA), actualizados hasta el 17 de abril de 2024, se observa una notable variabilidad en los niveles de almacenamiento de varias presas. Por ejemplo, la presa Elephant Butte se encuentra aproximadamente al 51% de su capacidad total de conservación, que es de 2 mil 496 millones de metros cúbicos, y ha experimentado una extracción neta de 1 millón de metros cúbicos en las últimas 24 horas.
En cuanto a la presa Caballo, está alrededor del 70% de su capacidad de almacenamiento total, que es de 280 millones de metros cúbicos, y no ha habido cambios significativos en la extracción durante el mismo período. La presa La Amistad se encuentra al 65% de su capacidad total de conservación, que es de 4 mil 40 millones de metros cúbicos, y ha experimentado una extracción neta de 834 millones de metros cúbicos en las últimas 24 horas.
Por otro lado, la presa Falcón mantiene un nivel de llenado del 84% de su capacidad total de conservación, que es de 3 mil 265 millones de metros cúbicos, y ha experimentado una extracción neta de 691 millones de metros cúbicos en el mismo período.
Estos datos evidencian la presión sobre los recursos hídricos y subrayan la importancia de una gestión adecuada del agua durante periodos de sequía, teniendo en cuenta tanto la disponibilidad actual como las demandas futuras.
Según la CILA, México ha entregado solo 460 millones de metros cúbicos del agua asignada a Estados Unidos, de los 1 mil 728 millones de metros cúbicos correspondientes al período de cinco años, lo que equivale a poco más de 115 millones de metros cúbicos por año.
Queda pendiente un saldo de más de 830 millones de metros cúbicos que México deberá entregar en los próximos seis meses, y la situación podría empeorar en 2025, cuando deba cumplir con su cuota en condiciones de sequía.
Fuente: Aristegui Noticias